lunes, 8 de noviembre de 2010

Muestra Musical

un recorrido mas original

 
El museo mexicano Franz Mayer presenta, por primera vez en América Latina, una exposición interactiva de arte pop a través de las obras más destacadas del artista finlandés Eero Aarnio. Él, uno de los grandes innovadores del diseño industrial, asombró a todo el mundo con sus originales sillas, lámparas y mesas.





Un viaje por los años 60

'Fantasías del Pop. El diseño de Eero Aarnio' muestra diversos objetos creados durante 40 años de trabajo del diseñador finlandés Eero Aarnio (1932). Incluye piezas que en la actualidad se consideran íconos del diseño contemporáneo: asientos de uso múltiple, mesas, sillas, taburetes, lámparas y muebles públicos. En total unas 50 piezas.

Uno de los atractivos importantes de la exposición es que se permite tocar la mayor parte de los objetos. El público puede sentarse en algunas de las sillas y comprobar su buen diseño. De la variedad de piezas que integran la exposición, la silla Ball, presentada por primera vez al mundo en 1966, es uno de los objetos que en la actualidad continúan llamando la atención de artistas, arquitectos y gente dedicada al mundo de la moda. Esta silla se diseñó utilizando una de las formas geométricas más simples: la esfera.

pequeña exposicion de este arte

imagenes mas reconocidas

martes, 26 de octubre de 2010

Biografia principal representante

(Andrew Warhola; Pittsburgh, EE UU, h. 1928-Nueva York, 1987) Artista plástico estadounidense. Hijo de emigrantes checos, inició sus estudios de arte en el Instituto Carnegie de Tecnología, entre 1945 y 1949. En este último año, ya establecido en Nueva York, comenzó su carrera como dibujante publicitario para diversas revistas como Vogue, Harper´s Bazaar, Seventeen y The New Yorker.

Al mismo tiempo pintó lienzos cuya temática se basaba en algún elemento o imagen del entorno cotidiano, de la publicidad o el cómic. Pronto comenzó a exponer en diversas galerías. Eliminó progresivamente de sus trabajos cualquier rasgo expresionista hasta reducir la obra a una repetición seriada de un elemento popular procedente de la cultura de masas, el mundo del consumo o los medios de comunicación.

Dicha evolución alcanzó su cota máxima de despersonalización en 1962, cuando pasó a utilizar como método de trabajo un proceso mecánico de serigrafía, mediante el cual reproducía sistemáticamente mitos de la sociedad contemporánea y cuyos ejemplos más representativos son las series dedicadas a Marilyn Monroe, Elvis Presley, Elizabeth Taylor o Mao Tse-tung, así como su célebre tratamiento de las latas de sopa Campbell, obras todas ellas realizadas durante la fructífera década de 1960.

El uso de imágenes de difusión masiva, fácilmente reconocibles por todo tipo de públicos, como las ya mencionadas latas de sopa o los botellines de Coca-Cola, se convierte en uno de los rasgos más interesantes y estables de toda su producción. En otras ocasiones, plasmó crudamente situaciones reales, como accidentes, luchas callejeras, funerales o suicidios; dentro de esta temática Electric chair es una de sus obras más significativas.

Este apropiacionismo, constante en los trabajos de los partidarios del pop art, se extendió a obras de arte de carácter universal y de autores como Rafael, De Chirico, Munch o Leonardo. Se caracterizan las obras de esta época por su libérrima manipulación y la polémica que suscitaron en su momento. Tanto por el uso del color, unas veces monocromo y otras fuertemente contrastado, pero en todo caso vivo y brillante, como por la temática, su obra resulta siempre provocadora y, a menudo, angustiosa. Mediante la reproducción masiva consiguió despojar a los fetiches mediáticos que empleaba de sus referentes habituales, para convertirlos en iconos estereotipados con mero sentido decorativo.

Otra faceta destacada de su obra es su potentísima fuerza visual, que en buena parte procede de sus conocimientos sobre los mecanismos del medio publicitario. En 1963 creó la Factory, taller en el que se reunieron en torno a él numerosos personajes de la cultura underground neoyorquina. La frivolidad y la extravagancia que marcaron su modo de vida establecieron a la postre una línea coherente entre obra y trayectoria vital; su peculiar aspecto, andrógino y permanentemente tocado con un rubio flequillo característico, acabó por definir un nuevo icono: el artista mismo.

Pop-Art

martes, 19 de octubre de 2010